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Just Win, Baby. La mística de los Raiders

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Nota: este es un artículo forma parte de nuestra revista del Juego de NFL en México 2017, la cual puedes descargar gratis aquí.

Dos filosofías, dos estilos de juego, dos aproximaciones distintas hacia un mismo objetivo: imponerse sobre el rival domingo a domingo y así construir éxito a largo plazo.

Estas frases han funcionado como mantras para dos franquicias con alto grado de éxito en diferentes etapas de la historia de la NFL. En ambos casos, en sólo tres palabras se resume la ideología de la franquicia y se convierten en la fuerza que empuja a la organización hacia la victoria.

Los Raiders de la década de los 70, en la época dorada de Al Davis, John Madden y Tom Flores predicaban con la frase “Just Win, Baby”, mientras que en la última década los Patriots de Bill Belichick se han apropiado de una frase muy utilizada de forma popular, “Do Your Job”, aplicándola a su quehacer para convertirse en el equipo más ganador de los últimos años.

“Just Win, Baby”: la mística de los Raiders

Una frase que llama a la acción de forma maquiavélica, que implica olvidarse casi por completo de los medios para llegar a un fin: ganar.

“Sólo gana, baby”, una forma de pensar retrata a la perfección la personalidad de su artífice. La leyenda de la NFL, Al Davis, quien fuera propietario de los Raiders desde 1972 hasta el día de su muerte en 2011; un ejecutivo al que no le importó demandar a sus pares para conseguir mudar a su equipo de ciudad y que constantemente innovó para hacer de la NFL la liga que hoy conocemos.

Con esta filosofía en mente los Raiders consiguieron tres victorias de Super Bowl en 1977, 1981 y 1984, siempre con predicando Commitment to Excellence (compromiso con la excelencia), Will to Win (voluntad de ganar) y teniendo una actitud orgullosa y elegante o Pride and Poise, frases vernáculas tanto de Davis como de quienes formaron parte de su organización.

En una interpretación libre de las palabras de Davis: “cuando tienes grandes coaches, por ende tienes grandes jugadores, cuando tienes una gran organización sólo les dices una cosa “Just Win, Baby’”.

Este pensamiento ha dado una personalidad única a los Raiders, algo que Davis afirmó que lo enorgullecía más que lo logrado por su organización. Es innegable que el aura del equipo es ruda y temeraria, prefieren ser un equipo temido que uno respetado. Esta filosofía es una de las razones por las cuales recordamos el final de la década de los 70 y principios de los 80 como el tiempo en el que se jugó el football más rudo en la NFL.

A la defensiva ,los Raiders buscan ser intimidantes e inspirar miedo en el rival. Para ello, en aquella época el enfoque estaba puesto en que durante las primeras cinco jugadas, el QB contrario debía recibir un golpe, uno fuerte, poniendo así el tono para el resto del partido. Jugadores con apodos como Dr. Death para Skip Thomas y The Assassin para Jack Tatum se encargaban de castigar a sus oponentes y seguir al pie de la letra la filosofía.

Ofensivamente, la piedra angular fue el ataque aéreo vertical, razón principal por la cual Davis tuvo siempre gran interés en los jugadores más rápidos. Este equipo buscaba anotar en cada jugada y hacerlo con jugadas largas y explosivas. Al contrario de otros enfoques que predican que hay que tomar lo que la defensiva ofrece de forma sencilla, ellos buscaban tomar lo que querían.

Para ejecutar con éxito esta aproximación, la atracción de talento era clave. Se concentraban en tener a los jugadores y coaches con mejores aptitudes sin importar de dónde venían o quienes eran. Una muestra importante fue la contratación de Art Shell como head coach en 1989, cuando la NFL era todavía más racista de lo que es hoy.

Por esta razón fue que a principios de los 80, la emergente escena del rap en Los Angeles adoptó al equipo como suyo. Una franquicia que presentaba a jugadores que cualquiera hubiera descalificado como patanes, con una actitud agresiva, pero que cosechaban éxitos en su profesión.

Un movimiento que mostraba el estilo disidente de Davis y su incansable búsqueda del mejor talento disponible fue la contratación del RB Bo Jackson en 1987, quien un año antes había sido reclutado por los Tampa Bay Buccaneers, pero Davis lo persuadió de unirse al equipo usando el argumento de que podría continuar jugando con los Kansas City Royals de la MLB.

Los Raiders estaban dispuestos a implementar cualquier táctica posible para conseguir la victoria domingo a domingo, una prueba muy clara fue el famoso stickum, una espesa y pegajosa sustancia amarillenta con la que los jugadores del equipo a finales de los 70 se embarraban las manos, los ofensivos para atrapar el balón de forma más segura y los defensivos secundarios para prolongar el tiempo que estaban “pegados” al receptor al momento del contacto en cobertura de “bump and run”, además de facilitar las intercepciones.

Los hombres más famosos asociados con dicha práctica fueron el DB Lester Hayes, quien ganó el reconocimiento de Defensivo del Año en 1980 con 13 intercepciones durante la temporada regular y el receptor Fred Biletnikoff, quien guardaba stikum en los calcetines para reabastecerse constantemente.

Otro emblema entre las filas del equipo fue Ken Stabler, quien personificaba a tope la filosofía de ganar sin importar nada más. Incluso hasta hoy, el fue probablemente el QB más cool que haya jugado en la NFL. Constantemente fotografiado en bares, piloteando botes, platicando con las animadoras en las laterales, un modelo que no encajaba para nada con la corrección política que hoy día los jugadores de la liga deben mantener y sin embargo en el campo de juego era un virtuoso que entregaba excelentes resultados.

Si Davis visualizaba a un jugador vistiendo el uniforme de los Raiders, era altamente probable que terminara en el equipo. Incluso si el resto de la liga pensaba que estaban acabado, él se encargaba de traerlo a su equipo y sacarle provecho. Algunas muestras fueron Warren Sapp, Jerry Rice y Richard Seymour, quienes tomaron un segundo aire al final de sus carreras vistiendo de negro y plata. Hoy día vemos paralelos con las contrataciones de Donald Penn, Michael Crabtree y Marshawn Lynch.

Después de años oscuros de la franquicia con resultados muy pobres, el equipo ha recobrado la personalidad dominante y protagónica que los caracterizó por mucho tiempo. El movimiento de Oakland a Las Vegas es algo que enorgullecería al hoy difunto Davis por ser algo disruptivo pero con un tremendo potencial de éxito.

“just Win, Baby”, una aproximación incluso descarada en busca del triunfo, pero que al final se mantiene honesta consigo misma, predicando que el equipo debe tratar de no cometer errores pero, aún si los comete, no es tan grave pues al final lo único que importa es ganar.

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