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¿Veremos a Tony Romo este fin de semana?

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Por Rodrigo Quintanar.

Nota del Editor: Esta es una colaboración de nuestra sección Practice Squad, donde nuestros lectores aportan sus puntos de vista sobre lo que pasa en la NFL.

“If it ain’t broke, don’t fix it…” – Bert Lance (1977)

“Si no está roto, no lo cambies”, frase que hizo famoso a Bert Lance, exdirector de Presupuesto de los Estados Unidos, cuando expresó que uno de los problemas más grandes del gobierno era su constante búsqueda por cambiar –mejorar- las cosas. Si bien esta frase puede parecer acertada en todos sus sentidos, la realidad es que está lejos de serlo, especialmente cuando hablamos de nosotros, los seres humanos. Si una máquina está funcionando a la perfección sería ilógico tratar de cambiarla. Pero, ¿aplica lo mismo para nuestra forma de vida? ¿Para nuestra mentalidad? ¿Qué sería del mundo si Steve Jobs hubiera pensado de esa manera cuando creo el primer iPod?

No existe persona con mayor conocimiento de lo que pasa dentro de un equipo que el mismo dueño de éste (hay excepciones, véase San Francisco 49ers) y no hay dueño más activo en la NFL que Jerry Jones. Aún cuando la mayoría de sus comunicados parecen provenir de alguien demente, si los revisamos después de tiempo, todos poseen verdad y sensatez. Fue él quien aseguró crear el estadio más impresionante del mundo pues la gente necesitaba una razón extra, además del juego, para asistir. Fue él quien dijo hace más de diez años que la NFL se vería forzada a buscar mercados fuera de EU para crecer (ahora hay cuatro juegos al año en Europa). Todo esto mientras la gente lo veía y escuchaba con la misma cara que hacemos cuando Enrique Peña Nieto habla inglés.

Una vez más lo estamos presenciando y, al parecer, una vez más lo estamos ignorando. Jones fue muy claro en su respuesta acerca de un posible regreso de Tony Romo: “No sé cuándo ni la forma, pero lo sabrán cuando lo vean”. Otra vez, cuando lo dijo, sus palabras parecen haber salido en otro idioma, pero hoy realmente tienen sentido. El domingo a las 3:40 p.m. seremos todos espectadores de lo que nos intentaba decir.

No se necesita tener el IQ de Mark Zuckerberg para entender que el objetivo primordial de la defensiva de Green Bay será detener el ataque terrestre de Dallas. Después de haberle permitido 157 yardas a Ezekiel Elliott en la Semana 6 Mike McCarthy entiende que, si es necesario poner nueve jugadores defendiendo la carrera, lo va a hacer, pues en los Playoffs los coaches aprenden y eliminan tu fortaleza más grande (véase Dolphins).

Por otro lado, McCarthy también entiende que, en dicho encuentro, todas las estadísticas excepto el juego terrestre, terminaron a favor de su equipo (incluyendo el tiempo de posesión, ligeramente mayor para Green Bay; 30:10). Hay una en especial que determinará el resultado, si los Packers logran detener a Elliot: en terceras oportunidades, los Cowboys convirtieron sólo 3 de sus 11 intentos.

En las dos peores actuaciones de Dak Prescott, frente a Vikings y Giants, la ofensiva de Dallas convirtió 2 de 24 terceras oportunidades. DOS DE VEINTICUATRO. La clave: 14 de estas 24 oportunidades fueron situaciones de más de 8 yardas. En promedio, el quarterback novato terminó con 53% de pases completos en estos juegos, muy por debajo de lo que se necesita en los Playoffs.

Green Bay puede arriesgar defensivamente volviéndose muy agresivo contra la carrera, pues posee a uno de los dos mejores quarterbacks de la NFL y al más peligroso de las últimas siete semanas. Hace tan sólo una semana Aaron Rodgers hizo ver a la mejor secundaria de la liga (Giants) como si fuera Notre Dame, terminando con 362 yardas y 4 TD. En su racha de siete victorias, Rodgers ha lanzado 19 TD sin intercepción. McCarthy sabe que aún si Prescott y Dez Bryant logran una jugada grande, puede seguir con su agresividad defensiva pues su quarterback se encargará de convertir el juego en uno de muchos puntos, y ahí claramente tiene la ventaja.

El domingo entenderemos lo que Jerry Jones nos quiso decir. Que sus palabras significaban que llegaría un día en el que todo el mundo va a recordar que la victoria en el football solamente pertenece a aquellos dispuestos a desafiar el orden y el conformismo. Entenderemos que el rostro del DÉCIMO mejor quarterback en postemporada de TODOS los tiempos, frustrado en la banca, es el recordatorio perfecto de que en la NFL, como en la vida, ser el mejor solamente es posible cuando se busca cambiar y mejorar en todo momento… aún cuando no haya nada roto.

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