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5 observaciones de la victoria de los Falcons sobre los Cowboys

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En un partido que antes de comenzar hacía lucir a los Cowboys como víctimas francas gracias a las ausencias claves que presentaba su equipo, finalmente el espectáculo fue mucho mejor de lo que se esperaba y los Falcons terminaron imponiéndose de visita en el AT&T Stadium.

Estas son 5 observaciones que saltaron a mi vista a sólo unos minutos de haber terminado el partido de la victoria de los Falcons sobre los Cowboys.

1. Equipos esquizofrénicos.

Vimos a un par de escuadras que mostraron versiones muy distintas de sí mismos en cada mitad del partido.

Los primeros dos cuartos fueron todos de los Cowboys y estuvieron cerca de ser perfectos, el RB Joseph Randle corrió por francas avenidas abiertas por la línea ofensiva y el QB Brandon Weeeden lanzó pases cortos que le dieron buen resultado. La defensiva resistió y salvo una oportunidad desaprovechada del CB Morris Claiborne de llevarse una intercepción en zona de goal al dejar caer un balón que le pegó en las manos y una mala decisión de Weeden que terminó en intercepción, todo habría estado bien.

Por su parte los Falcons no parecían encontrar la forma de involucrar por completo a su WR estrella Julio Jones y la defensiva se estaba notando vulnerable ante los pases cortos al centro del campo.

La historia de la segunda mitad fue exactamente al revés, Atlanta arrastró por completo a la defensiva de los Cowboys de la mano del RB Devonta Freeman y Julio Jones. La línea ofensiva de los Falcons eliminó a los frontales rivales. La defensiva de Dallas, que había tenido un par de semana sofocando por completo a las ofensivas rivales en términos de productividad, este partido permitió un corredor de más de 140 yardas, un receptor de más de 160 y casi 40 puntos.

Mientras tanto el ataque de los locales se estancó en ejecutar exactamente el mismo plan de juego que tenían pensado desde el inicio y el ajuste del Head Coach de Atlanta, Dan Quinn, llegó de manera oportuna para eliminar los pases cortos al centro del campo y los acarreos.

2. Devonta Freeman y Joseph Randle.

En sólo dos acarreos, en las primeras tres jugadas ofensivas de los Cowboys, Joseph Randle consiguió 65 yardas, en la siguiente posesión ofensiva consiguió otras 22 y parecía que tendría un partido de ensueño; comenzaron a cantarse canciones que incluían evocaciones a la famosa declaración de la “carne en el hueso” que DeMarco Murray había dejado la temporada pasada y al hecho de que si en sólo un cuarto de football tenía esos números, lo que venía sería mucho mejor.

Sin embargo eso fue todo lo que pudo conseguir en el partido, ya que más adelante cada vez que recibió el balón fue detenido por completo por la defensiva de Atlanta.

Por su parte la aproximación de Freeman fue distinta, mientas que Randle recibió sólo 14 veces el balón, el #24 de los Falcons tuvo 30 acarreos, de los cuales en la segunda mitad tuvo los mejores convirtiéndose en el hombre clave del ataque de Atlanta, el elemento que movía las cadenas para mantener vivos los drives.

Con la ausencia del novato Tevin Coleman, Freeman parece haber hecho una afirmación importante; es capaz de ser un corredor de tres downs, mientras que Randle, por su parte sujeto a la aproximación por comité que tiene su equipo se ha comprobado como un hombre que requiere de relevo y de que su línea ofensiva le ofrezca líneas claras para correr.

3. El inicio del fin

Al final de la primera mitad con un poco más de 2 minutos por jugar, la ofensiva de Dallas recibió el balón arriba en el marcador por 7 puntos y con tres tiempos fuera. Sacar puntos era clave, ya que la ofensiva de Atlanta abriría la segunda mitad y lo menos que este equipo quería era permitir el inicio de una remontada.

La ofensiva avanzó todo el campo como lo venía haciendo durante toda la primera mitad, sin embargo, el problema vino cuando tras una recepción del RB Lance Dunbar para 15 yardas que lo colocó en dentro de la yarda 25, con 58 segundos en el reloj de juego, el Head Coach Jason Garrett pidió un tiempo fuera. La ofensiva sacó otra jugada similar que dejó al ataque a sólo una yarda de anotar y volvió a pedir tiempo fuera con 46 segundos.

Una jugada después vino el touchdown por la vía terrestre que dejó 40 segundos en el reloj de juego, una eternidad para un QB como Matt Ryan que además tenía sus tres tiempos fuera listos para ser usados.

Lo que vino a continuación fue un drive de seis jugadas y 66 yardas que le aseguró tres puntos a los Falcons y los colocó a sólo 9 puntos. De ahí en adelante, los Cowboys nunca más volvió a anotar y los Falcons metieron 22 puntos más sin respuesta. Un mejor manejo de reloj por parte del Head Coach Jason Garrett, habría limitado la oportunidad de Atlanta en ese momento.

4. Brandon Weeden, el ejecutor.

A pesar de que muchos señalarán sus limitantes y el hecho de que no lanzó más allá de 15 yardas, él se limitó a ejecutar un plan de juego que claramente establecía que no pusiera en peligro el balón, buscara las zonas cortas en el centro del campo y entregar el balón a sus corredores confiando en su línea ofensiva. De pronto el equipo se vio atrás en el marcador y la necesidad de ser más verticales al ataque no fue suficiente para sacarlo de ese estado mental de “prevención”, continuó haciendo lo mismo y la defensiva estaba lista para detenerlo.

El staff de coacheo demostró poca confianza en él, pero sobre todo él mismo no se creyó capaz de ser más agresivo en el juego aéreo. El hecho de que Cole Beasley fuera el único receptor que recibiera pases y que sólo buscara en dos ocasiones a Terrance Williams y no lograra conectar con él ni una sola, lo demuestra.

El problema para él es que esta derrota lo coloca en una posición muy complicada, una en la cual el recién llegado QB Matt Cassel, se lame los bigotes con la idea de ser el titular del que en su infancia fuera el equipo de sus amores vistiendo una estrella en el casco.

No sé si una semana y media sea suficiente para confiarle la ofensiva a Cassel, pero la conversación de cuándo sucederá este cambio comenzó en el momento en el que terminaron los 60 minutos de este partido.

5. Julio Jones / Matt Ryan para MVP

Estos dos jugadores están desempeñándose a un nivel exquisito. Dominan todas las zonas del campo y su química está en un punto ideal.

La influencia del Coordinador Ofensivo, Kyle Shanahan, es evidente. No extraña que haya elegido tener este trabajo, donde tiene a su disposición el gran talento de Matt Ryan, un QB que pude moverse dentro de la bolsa de protección y un receptor con talento de élite como Julio Jones.

Con más de 900 yardas lanzando y un rating superior a los 98 puntos, lo más relevante es la clase de lanzamientos que hace en los momentos clave, dándole ventaja a sus receptores y con una colocación de balón envidiable.

Por su parte Julio Jones, ha superado las 130 yardas en cada partido y ya tiene 4 TDs en la temporada. Alineándose en cualquier parte de la formación, generando separación de los corners con velocidad e imponiéndose al momento de atrapar el balón este hombre podría tener una temporada digna, si no de MVP, por lo menos de Jugador Ofensivo del Año.

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